Cuando pensamos en el guardarropa ideal, empezamos a divagar con la idea de un espacio gigantesco con muchos cajones y repisas, que nos permita colocar ropa del piso al techo y de pared a pared, como lo haría una celebridad de Hollywood. Y si este espacio no tuviera límites posiblemente lo llenaríamos con prendas de manera infinita, este sería en definitiva el sueño de muchas, pero la realidad es que los armarios suelen ser pequeños, y debemos hallar la manera de administrarlo de la forma más inteligente posible para que no se convierta en un caos total.
Como sabemos que lo necesitas, hoy te traemos una serie de consejos que te servirán para sacarle el mayo proyecto a tu armario y que el momento de elegir tu outfit sea todo un placer.
Evaluar y distribuir: Debes sacar absolutamente todo lo que tengas en el clóset y examinar cada objeto pensando si realmente lo necesitas, si va acorde con tu estilo, si es de tu talla y si resulta útil para tu rutina diaria y los eventos a los que asistes. Debes ser objetivo y si definitivamente vas a sacar varias prendas de tu clóset puedes armar una caja para beneficencia, otra para regalar y lo que esté en muy mal estado si podrá ser llevado a la basura.
La caja de ‘tal vez’: todos guardamos esos objetos que no usamos nunca pero de los cuales se nos dificulta desprendernos, ya sea por motivos emocionales o porque invertimos un dinero razonable en la prenda o porque seguimos guardando la esperanza de algún día usarlo en una ocasión muy específica, quizá esperamos adelgazar o ser invitados a unas vacaciones exóticas de lujo donde lo usaremos. Para solucionar este dilema llega la caja de ‘tal vez’ la cuál tendrá un límite de tiempo que tú determinarás y deberás cumplir. Allí guardarás todos los objetos que tal vez un día uses y que te cuesta sacar de tu vida y si en 3, 6 o 9 meses no has usado estos elementos, deberás deshacerte de ellos.
Doblar es la clave: una fórmula para ahorrar espacio es doblar las prendas de manera vertical, si careces de cajones puedes ayudarte de cualquier caja que te permita mantener la ropa doblada de manera vertical, esto también te ayudará a observar la totalidad de tus prendas desde la parte superior de la cavidad sin desordenar tu ropa.
Lo dañado: dentro de esta reorganización te encontrarás con prendas que siguen estando en buen estado pero que no puedes usar porque tienen un pequeño fallo que debe ser arreglado por tu modista de cabecera, no debes postergar este arreglo, todo lo que ocupe un lugar en tu armario debe ser utilizado.
Clasifica en organizadores: siempre hay una serie de objetos que no corresponden a la misma categoría de otros pero son complementarios al área del clóset, para estos puedes usar un organizador misceláneo, evitando que tengas elementos regados por todo el lugar. Puedes usar otros organizadores para elementos pequeños que no pueden ser doblados, colgados o ubicados de manera uniforme pero que al ubicarlos en el organizador harán que el lugar se vea mucho más prolijo.
Nombra y etiqueta: si posees muchos objetos que has debido guardar en organizadores y cajas entonces deberás marcar estos recipientes por categoría, porque desde afuera se verán como cajas y en caso de una emergencia en la que necesites algo que yace en uno de estos organizadores no sabrás donde encontrarlo, para esto te recomendamos poner al frente o en la parte superior de la caja una etiqueta que explique el interior de la misma, lo cual te ahorrará dolores de cabeza.
Organiza por tipo de prenda: será más fácil encontrar una prenda en particular si organizas tu armario acorde a la clasificación de la ropa, en una sección jeans, en otra blusas, por otro lado camisetas, etcétera, y si deseas ir un poco más allá también puedes organizar cada sección por colores, de esta manera irás a la fija cuando estés armando tu outfit.
Mantén tu trabajo: si sigues correctamente las indicaciones anteriores y no permites que tu armario se desordene habrás conseguido tener el guardarropa ideal, organizado, práctico y de fácil acceso.