Cómo cultivar un árbol de mamey en maceta

Que mejor que tener en nuestro hogar nuestras propias frutas y alimentos cosechados. En este artículo te enseñaremos cómo puedes cultivar un árbol de mamey en maceta. El mamey es una fruta color naranja al que se da el clima tropical y generalmente se encuentra en Centroamérica y Sudamérica. Es un árbol perenne, que da frutos en forma de papaya o baya, un fruto que tiene un sabor muy agradable y dulce. ¿Te imaginas cultivar un árbol de mamey en una maceta y tener tu propia huerta en casa? ¡Pues sí es posible! A continuación te explicamos cómo cultivar un árbol de mamey.

Características del mamey

El mamey es una fruta que contiene Vitamina A y C, hierro y fósforo, está compuesta por 75 % de agua, lo que quiere decir que es perfecta para una buena dieta. Generalmente se da en zonas tropicales, para encontrarla de manera silvestre, pero puedes cultivarla en una maceta desde la comodidad de tu hogar. Incluso se ha descubierto que sus semillas se puede transformar en aceite para ser utilizado como tónico y reducir los dolores musculares, además de emplearse en cosméticos.

También es conocido como zapote y sus frutos pueden medir hasta 20 centímetros de largo, son ovoides y generalmente se dan en color morenos rojizos y de textura áspera. Su carne es dulce de color naranja a rojiza y algunas pequeñas cantidades tienen látex cuando está biche. Se propaga por injerto, lo que quiere decir que una nueva planta tiene las mismas características del padre. Su cultivo es un poco lento, cuando se realiza por semilla, pero los frutos son seguros. El árbol del mamey es ornamental y puede alcanzar en una zona silvestre una altura hasta de 40 metros.

Así puedes cultivar mamey en una maceta

Hay que empezar por saber, que la mejor época del año para germinar las semillas de mamey es en la temporada de primavera. Sin embargo, también puedes cultivarlo en otoño, pero debes destinar un lugar que esté protegido el frío. Ante todo, debes tener paciencia, porque cuando cultivas mamey a través de semillas, puede tardar hasta cinco años en dar fruto. Para que la semilla de mamey pueda germinar de manera exitosa, debe estar fresca y debes tener en cuenta que sólo vive de 7 a 14 días, después de ser extraída del fruto maduro.

Te dejamos los pasos para que cultives mamey en una maceta:

1- Cortar la semilla

Vas a buscar un fruto maduro de mamey y cortas la fruta a lo largo, con ayuda de un cuchillo afilado. Vas a cortar la pulpa y sacas la semilla ovalada, que está en el centro; es dura y de color marrón. La lavas para que elimines toda la pulpa o carne y los jugos. La secas con ayuda de una toalla de papel o al aire libre.

2- Romper la capa de la semilla

El paso a seguir es colocar una semilla sobre una tabla o superficie, para que coloques otro trozo de madera sobre las semillas y presiones suavemente. Revisa que se haya producido una pequeña grieta en la cubierta de las semillas. Si aún no, repite este paso, la idea es presionar más fuerte para que hagas presión y se agriete la semilla y proceder a cultivarla en estas condiciones.

3- Plantación

Vas a mezclar en un recipiente tierra para macetas, con buen sustrato y drenaje. Luego, procedes a plantar la semilla de mamey en el centro del recipiente, cubriéndola con un poco de tierra y que riegue bien. Hazlo a una poca profundidad. Finalmente, vas a ubicar la maceta regada en un lugar donde tenga sombra parcial y trata de mantener la mezcla de tierra húmeda, pero no en exceso. Vas a supervisar la germinación que debe producirse entre 40 y 70 días seguidos a la plantación.

Cuidados

Poda

Debes limitar el tamaño del mamey, ya que es una planta que puede tener un gran tamaño. Por ello es importante, que tengas en cuenta que debes estar moviendo la planta de un lado a otro y protegerla del frío, déjala a un tamaño en el que tengas la capacidad de movilizarla.

Riego y abono

La tierra no puede estar seca. Esta es una planta frutal que necesita bastante humedad, en especial en esas épocas de calor. Para estas temporadas de altas temperaturas, puedes regar día de por medio, pero con poca agua. Por otro lado, abona la planta con una fórmula para árboles frutales. Esto hazlo en las temporadas de primavera y otoño. Los líquidos orgánicos que son fertilizantes con compost seco, también funcionan muy bien.

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