Las azaleas son unos arbustos o pequeños árboles, pertenecientes a la familia Ericácea, con más de 1000 especies conocidas. Se caracterizan por sus flores en colores vibrantes, muy apreciadas para la decoración. Por ejemplo, se pueden encontrar en blanco, rojo, rosa, lila o salmón, mientras que en promedio su altura se encuentra entre los 60 y 70 cm. Por lo general, la forma más efectiva de propagar la planta es por esquejes, escogiendo un tallo que esté sano, vigoroso o fuerte. Si quieres tener a este tipo de planta en tu jardín, a continuación, te damos las recomendaciones.
Cuidados para la azalea
Agua
Es una planta que crece mejor en climas templados, pero también prospera en climas cálidos. En donde lo recomendable es aplicar agua a diario, generalmente temprano en la mañana o al final de la tarde. Ahora, si la planta se encuentra en un clima medio o frío, el riego es 2-3 por semana.
En general, la tierra siempre tiene que estar húmeda, por lo que hay que regarlas bastante o por lo menos tenerlas en una zona en donde no se evapore tanto el agua por el calor o sol. Lo del riego también se asocia con la tierra, ya que nunca puedes tenerla durísima. Si la tierra se encuentra durísima, el agua no penetra hasta la zona de las raíces. Tienes que cavar para que esté esponjosa.
Cuando riegues no lo hagas mojando las flores, también recuerda quitar las flores y hojas en mal estado. Así que, la limpieza es otro paso fundamental para que tu planta se encuentre muy bella.
Suelo
En cuanto al suelo, para que la plantas se mantenga saludables, exige que sean bien nutridos y que sean suelos sueltos (no terrones o con piedras). Esta planta necesita un sustrato ácido, si tu agua de regar tiene mucha cal, es agua alcalinizante, es decir, sube el pH y necesitas contrarrestarlo. Para ello puedes usar chorritos de vinagre en al agua de regar, posos de café o cortezas de pino.
Sol
Dependiendo de las temperaturas se puede dejar en el sol o con luz filtrada. Al ser una planta de climas templados a fríos, tiende a tomar mal las altas temperaturas, por lo que, si vives en una zona con mucho calor, lo ideal es evitar la exposición directa. En especial en el verano, debe estar con luz filtrada, semi sombra o donde solo reciba el sol de la mañana. Puedes dejarlas en una zona de árboles o aprovechar la propia sombra que tu casa proyecta en tus plantas o jardín.
Poda
Este tipo de plantas responde muy bien a la poda. El propósito de la poda es retirar aquellos tallos secos, enfermos y no deseados. También permite darle forma a la planta, controlar el crecimiento y a la vez estimular el follaje. Cuando se estimula el follaje la planta tiene mayor capacidad de hacer fotosíntesis y generar flores. No olvides que es mejor retirar las flores que se vayan marchitando, pero teniendo mucho cuidado de no quitar los capullos que sí están por nacer.
Abono
En realidad, no es tan importante, es una planta rústica y le basta con estar bien establecida en la tierra, pues ella sola tiene la capacidad de absorber nutrientes, siempre que el pH sea bajo (4,5- 5).
Lo que tienes que hacer es tener el pH bajo y un abono de liberación lenta, como el hummus de la lombriz. Es perfecto porque lo añades hoy y se va liberando durante meses, además de concentrar mucha agua, por lo que contribuye a que la tierra sea muy esponjosa y retenga la humedad.
Plagas
Existe un hongo que la ataca mucho y es el oídio (polvillo blanco), su control se refuerza al reducir la frecuencia del riego y aislando la planta que está afectada. El exceso de humedad en el suelo y el ambiente favorece la aparición de hongos, por ello la ventilación es fundamental, precisamente para que cuando exista mucha humedad, circule bien el aire.
Si encuentras arañuela roja en tu azalea es muy probable que la estas regando poquito. En este caso puedes tratarla con jabón potásico y aceite de neem, con infusión de manzanilla que es un gran acaricida y, sobre todo, aumenta el riego. Así lograrás prevenir una plaga que es muy dañina.