Incorpora estas maravillosas maxi suculentas a tu decoración. No te arrepentirás.
Las suculentas son las plantas favoritas para el diseño de ambientes modernos. Son una celebración de la forma geométrica, tan rígida, que estas plantas apenas parecen ser seres vivos. Algunas de ellas parecen piedras, con formas incluso amenazantes que pueden llegar a parecer aliens futuristas.
Todo jardinero debe tener en su colección vegetal al menos una planta suculenta. Sin embargo, a pesar de las etiquetas de las plantas y los consejos de los cultivadores, algunos tipos siguen siendo notoriamente volubles, propensos a secarse o pudrirse.
Con tantas suculentas por ahí, es imposible para los jardineros domésticos distinguir las variedades fáciles de cultivar de aquellas que requieren de cuidados meticulosos.
Te mostramos unas variedades que sobresalen por su belleza y tamaño, ideales para espacios amplios.
1. Kalanchoe thyrsiflora
Su tamaño es de aproximadamente 30 centímetros de ancho y alto. Subsiste en zonas de luz indirecta. Esta es la suculenta moderna más popular debido a su forma caprichosa y su intenso color invernal. Sus hojas son planas, como panqueques, en capas en una roseta. Cuando florece, el tallo central se alarga hasta convertirse en un tallo blanco desgarbado. Una vez que hayas producido flores, corta el tallo y cuida bien el resto de la planta. Pronto producirá muchas nuevas ramificaciones que se pueden arrancar y enraizar.
2. Aeonium arboreum
Su tamaño va de los 15 a los 60 centímetros de alto y ancho. Esta planta resiste el pleno sol o la a sombra ligera. Esta especie presenta dos de las variedades más populares en la actualidad. La primera, que tiene colores que van del borgoña profundo a negro, conocida como Zwartkop, que brinda un poderoso contraste con las plantas de color verde claro o amarillo. Luego tenemos la Sunburst, que tiene grandes hojas abigarradas de color crema que pueden adquirir reflejos rosados. Con el tiempo, el árbol aeonium desarrolla un tronco grueso y puede ramificarse en subarbustos de tamaño considerable que producen tallos en forma de cono de 30 centímetros de largo, de flores de color amarillo vivo.
3. Sedum morganianum
También conocida como cola de burro, tiene un tamaño de 60 centímetros de largo y 30 centímetros de ancho. Requiere de abundante luz solar indirecta. Por lo general, se cultiva en una cesta colgante donde se asegura un drenaje perfecto. También crece bien colgando de una maceta en una pared o balcón. Crece muy fácilmente en lugares protegidos del viento. Dale una ubicación sombreada con luz filtrada para obtener mejores resultados.
4. Euphorbia tirucalli Rosea
El lápiz de cáctus tiene un tamaño de 90 centímetros de alto y 60 centímetros de ancho. La forma roja de la especie es reconocida por su textura fina y sus vívidos tonos invernales. El color es el resultado de la clorofila reducida, que impide el crecimiento y mantiene pequeña a esta suculenta. El color más intenso se produce en invierno en las plantas a pleno sol. Esta especie es más tolerante con el suelo común que la mayoría de las suculentas, por lo que a menudo se planta junto a plantas que aman la humedad.
5. Agave victoriae-reginae
Su nombre común es agave noa. Tiene 30 centímetros de alto y ancho. Condiciones: Pleno sol de mañana. Un espécimen maduro de esta planta puede costar hasta mil dólares. Como todos los miembros del género Agave, florece solo una vez al final de su vida (por lo que lo más probable es que nunca veas una floración). El crecimiento lento y la belleza exquisita hacen de este un espécimen único. Una planta madura es aproximadamente del tamaño de una pelota de voleibol y es dura como una roca, mientras que las hojas están bordeadas con líneas blancas, lo que le da una calidad gráfica única a la planta.
6. Haworthiopsis attenuata
De 5 a 10 centímetros de alto y 7 a 10 centímetros de ancho. Condiciones: Pleno sol a sombra filtrada. Frote su dedo a lo largo de las hojas de esta suculenta para sentir las verrugas duras únicas que perforan la superficie. Aunque es pequeña comparada con otros ejemplares mencionados, la superficie dura y coriácea de la haworthia hace que sea francamente difícil de matar, excepto con exceso de agua o escarcha. Esta planta es una de las favoritas para cuencos poco profundos o macetas de bonsái, donde se desplaza libremente y pronto llena la maceta. Florece en largos tallos de cuerda de piano con flores blancas pequeñas y simples.
7. Echeveria
5 centímetros de alto y 10 centímetros de ancho. Crece en condiciones de pleno sol o sombra ligera. La Echeveria abarca una colección de suculentas verdaderamente impresionantes. La disponibilidad de docenas de híbridos de diferentes colores las convierte en plantas sorprendentes.
8. Bálsamo azul (Senecio mandraliscae)
30 a 60 centímetros de alto y ancho. Necesita estar a pleno sol. Ninguna suculenta rivaliza con esta por su verdadera coloración azul. Es el favorito para tazones de suculentas mixtas, donde resalta contra suculentas amarillas. Estas plantas pueden ser arbustivas o de poca extensión, según la forma que se compre. Las hojas son delgadas como un lápiz y verticales, creando una masa puntiaguda y de textura fina. Esta es una opción excepcional para formas inusuales en jardines de ventana.
9. Aloe humilis
Tamaño: 10 a 12 centímetros de alto y ancho. Requiere de semi sombra. Gordo y rechoncho, este lindo y pequeño aloe florece espectacularmente. En primavera, una espiga de unos 30 centímetros de largo emerge, coronado con flores tubulares de color rojo coral que los colibríes encuentran irresistibles. Esta planta del tamaño de una mano es ideal para macetas bajas y anchas de bonsái. Sus hojas dentadas son gruesas y rígidas, por lo que se mantiene a lo largo del tiempo. La combinación de varios áloes de araña con piedras de río suaves forma una pequeña y hermosa agrupación.
10. Siempreviva de arañas (Sempervivum arachnoideum)
7 centímetros de alto y 18 centímetros de ancho. Crece en condiciones de pleno sol o sombra parcial. Esta suculenta resistente al frío es una de las rosetas más lindas. Resiste el frío del invierno porque se origina en las altas montañas de Europa, donde las plantas prosperan en bolsas de granito en descomposición en acantilados bañados por el sol. Se llama así por la apariencia de telaraña creada cuando los tallos se arquean hacia afuera desde entre las hojas. Para cultivar estas plantas, dales un buen drenaje.
Consejos para el cultivo de suculentas grandes en maceta
Las suculentas en macetas necesitan la tierra adecuada. El mayor problema que aqueja a las suculentas sembradas en matera es el uso de mezclas de tierra demasiado ricas en materia orgánica. Muchos suelos de cactus en bolsas, a menudo etiquetados como aptos para cactus y palmeras, contienen una gran cantidad de material leñoso, principalmente porque estos suelos son más livianos y económicos de transportar que la arena gruesa que requieren las suculentas. Esta materia orgánica se convierte entonces en refugio de hongos infecciosos. Las suculentas necesitan un suelo mineral magro y bien drenado, lo suficientemente poroso como para que el agua corra casi directamente a través de él.
Una prueba fácil para ver si la tierra en cuestión contiene la mezcla correcta es levantar la bolsa: si es pesada, entonces has encontrado una buena mezcla que incluye arena; si es ligera, tendrás que modificar la mezcla. Puedes modificar las mezclas regulares para macetas para que se adapten a tus suculentas.
Modifica las mezclas para macetas comunes creando una mezcla 50/50 de tierra para materas y arena fina. Fertiliza regularmente con dosis bajas de fertilizante durante las estaciones activas de primavera y verano para compensar la falta de fertilidad en la mezcla de suelo. Combina las suculentas con otras suculentas en lugar de con plantas que requieran un suelo rico en nutrientes. Los dos normalmente no son compatibles.
